lunes, 2 de febrero de 2015

Ignacio Artigas Matute, escritor y autor de 'El collar de plata'

Descubre a este nuevo escritor que ha irrumpido en el panorama literario aragonés



 Al bueno de Ignacio Artigas (Barcelona, 1982) lo conocí tiempo ha, cuando siendo un joven estudiante de Filosofía y Letras, pululaba por los pasillos de aquella añosa facultad, cuyo edificio si todavía no ha sido remodelado creo que responde a la negativa de Patrimonio, por sospecharse que en alguna de sus paredes, bajo alguna escayola, se hayan primitivas pinturas rupestres de los primeros licenciados. El caso es que Ignacio no duró mucho en su periplo universitario, un buen día desapareció y yo eché en falta entonces sus locos comentarios al respecto de quién se ocultaba tras la identidad de Jack the Ripper, pues han de saber los lectores que Ignacio Artigas, era, y es, un gran erudito capaz de recitar de memoria las cartas del famoso caso para mayor asombro de los despreocupados contertulios. Sea como fuere andando el tiempo volví a toparme con él, Ignacio reapareció en mi vida de forma muy diferente a como lo recordaba: aquel estudiante distraído que pasaba su tiempo entre charlas e hilarantes calaveradas, ahora se me presentaba hecho todo un  hombre, pero sobre todo, y esto es lo que más me sorprendió, convertido en un más que respetable escritor.

Ignacio Artigas Matute

Desde entonces hemos coincidido en tertulias varias, y eventos múltiples, pues Zaragoza es un hervidero de propuestas, pero más todavía de eventos y eventualidades sin control.  Entre cafés, cervezas, y otros elixires propios que se prodigan en los conciliábulos de artistas, pude tener mejor noticia de su obra: que si bebía de las ricas fuentes del realismo francés y norteamericano, que si el romanticismo inglés y sentimental de Jane Austen o las Brontë eran exquisitos; que si las  novelas de misterio, como las de Ruth Rendell  le había maravillado en su juventud pero ahora no tanto; sin dejar de mencionar a sus adorados autores del realismo psicológico como Dostoievski.  En definitiva Artigas poco a poco me fue dando a conocer, entre amenos párrafos, toda aquella panoplia de rúbricas literarias que lo habían acompañado y configurado como persona y sobre todo como escritor. Llegado noviembre de dos mil catorce presentó su novela El collar de plata, con una de esas editoriales que dan pábulo a las ilusiones de los noveles que llaman a sus puertas. Adquirida su obra y contento con el resultado de lo que había leído, no pude menos que proponer a aquel viejo condiscípulo  una entrevista para mi blog, que tras retrasos acaecidos por cuestiones diversas, hoy por fin puedo publicar con la satisfacción de haber concluido, no solo el trabajo, sino de haber sido el primero en entrevistar a un autor que no dudo dará de qué hablar a lo largo de los años venideros en el panorama literario aragonés. 

Así pues invito a todos a conocer un poco más a Ignacio Artigas Matute, autor de la novela realista El collar de plata. 

Recientemente acabas de publicar tu ópera prima El collar de plata, en cierta forma eres uno de esos escritores algo tardíos,  que un buen día irrumpen con una obra literaria más que notable, ¿qué podrías contarnos del camino recorrido hasta llegar a este punto? ¿Cuándo decidiste dar el salto a la literatura activa? 

Bueno quizá mi acercamiento a la escritura haya sido algo atípica, pues al contrario que muchos otros,  carezco de unos estudios previos superiores relacionados con las Letras, pasé unos años en la universidad, eso sí, pero la abandoné a mitad para buscar trabajo. Mi trayectoria en este sentido parte de un firme convencimiento por la creación y apoyado en años de innumerables lecturas. Cuando era niño sufrí una discapacidad que me mantuvo en silla de ruedas hasta los trece años, lo cual hizo que me encerrara en la lectura para buscar distraimientos; mientras otros niños jugaban al fútbol o al escondite yo llenaba mi tiempo con la literatura de los grandes: recuerdo cómo soñaba con los viajes de Julio Verne, y las aventuras de Alejandro Dumas, así fui madurando, y andando los años, casi sin darme cuenta conseguí hacerme con una sólida base, un poso si lo prefieres llamar de cultura literaria. Una de las actividades que comencé a practicar, al poco de abandonar la silla de ruedas, hacia los quince años, fue la de visitar las diferentes librerías de Zaragoza en cuanto tenía un poco de tiempo, allí podía pasarme las horas muertas recorriendo los anaqueles de estas, me encantaba el aroma del papel, las variopintas y numerosas formas de las portadas, así como el hojear aquí y allá sus historias a la espera de poder hallar una que pudiera sorprenderme para llevármela a casa.

Ahora bien, respondiendo a tu segunda pregunta, lo cierto es que comencé a escribir no hace mucho tiempo, exactamente en octubre de dos mil trece, y lo primero que hice fue lanzarme al desarrollo de esta novela que nos ha traído hasta aquí. No hubo ensayos previos, ni comencé con poesía o microrrelatos; tenía la historia en la cabeza, las ideas muy claras, y por las tardes cuando tenía tiempo escribía en el papel para después corregir al ordenador. Tarde exactamente cuatro meses en terminar la obra.  

Concluye 2014 y hasta ahora, por tu propia  experiencia ¿qué es lo que más te ha sorprendido dentro del mundillo literario? ¿Y lo que menos te ha gustado, o te ha desilusionado?  

Lo que más me llamó la atención en un primer momento fue la gran cantidad de escritores noveles que existen en el mercado; y lo segundo lo complicado que me pareció encontrar una editorial que tuviera tiempo para escucharme, pues las pequeñas editoriales, por lo general, no se arriesgan con un escritor novel hasta tener cubiertos los gastos que ellos estiman necesarios, por lo que al final es uno mismo quien tiene que pagar su edición o buscar soluciones intermedias como el crowdfunding. Lo que menos me gustó fue el poco apoyo que recibí de la misma para mi presentación, aunque la verdad es que mi distribución está funcionando bastante bien.  

Sobre tu novela El collar de plata, puedo adelantar que versa sobre disputas familiares latentes, en parte producto  de la degradación moral que afecta a algunos de sus personajes, por ejemplo los abusos a menores o las secuelas de la intolerancia; el aspecto psicológico está muy presente por tanto, ¿qué hay de autobiográfico en tu novela, si lo hay? ¿Eres de los que se sientan frente a la hoja de papel y en cierta  forma se involucran en los sentimientos de sus personajes, o por el contrario, de los que consideran que hacen ficción, y se muestran alejados de cualquier signo de empatía?  

Lo que puede haber en común conmigo es poco aquí, en realidad en esta novela me he dejado llevar por la ficción, no se encuentran datos autobiográficos, salvo por dos pequeños detalles: primero en el personaje de la niña que comparte un aspecto de mí, pues aparece como una persona que desarrolla una gran atracción por el arte, y en esto coincidimos los dos, ya que aquellos que lean esta entrevista deben saber que desde niño asistí a clases de pintura aunque nunca he llegado a exponer mis obras, que las tengo y muchas; la segunda coincidencia se encuentra en la personalidad del psicólogo, que emocionalmente es muy fuerte, no se arredra ante los problemas que le vienen encima, y esa también es otra característica mía que he vertido sobre tal.

Respondiendo a lo segundo, sí que guardo una empatía con los personajes de la novela, pues pese a que algunos son poco agradables, otros muestran y defienden unos valores morales que son ciertamente los míos. 

La novela se presenta al lector muy clara, sin grandes artificios de lenguaje, y es de esas que cuando terminan te hacen pensar, ¿exactamente cuál ha sido tu intención para con el lector al escribirla?  

Bueno he querido presentar una realidad que hoy día a mi parecer no se ofrece mucho: se quiere hacer creer que las cosas deben ser blancas o negras, y eso es algo sesgado. Mi intención era reflejar que en la vida hay mucha felicidad y amor, no lo cuestiono, pero que no todo es color de rosa, las apariencias engañan; a través de los personajes transmito una decadencia moral que entiendo se da más de lo habitual a nuestro alrededor; se busca el reduccionismo del tanto tienes tanto vales, o eres respetable porque tienes un estatus; en definitiva el dinero o lo material no dan toda la felicidad. En El collar de plata pese a esa supuesta estabilidad de que gozan las hermanas al principio, no tardan en aparecer traumas pasados no resueltos que impiden la tranquilidad. La tolerancia, el conceder segundas oportunidades, la libertad sexual o el derecho a pensar como uno quiera, son valores que aquellos que lean mi obra podrán encontrar, se trata a fin de cuentas de cuestiones que hoy en día están muy latentes, y que no podía dejar de pasar por alto.  

Una de las cosas que más me llamó la atención es el detalle  en los precios de los productos, teniendo en cuenta que se trata del Moscú de principios de siglo, denota que hay un trabajo arduo de documentación detrás, ¿en qué te apoyaste para recrear el Moscú de la época? ¿Has estado allí, o todo ha sido labor de investigación? 

Hay un trabajo previo de documentación bastante importante, fundamentalmente a través de internet. Estudié las costumbres de la sociedad moscovita, planos de la ciudad, etc.; como esas manías de descalzarse al llegar a casa y ponerse pantuflas; o considerar los números pares como algo negativo frente a los impares que se ven como números que representan lo positivo; pero sobre todo me interesó la dicotomía que se dio entre el capitalismo y comunismo, muy presente todavía en su sociedad y más hace catorce años, cuando se desarrolla la historia que he escrito. 

De cara al 2015 tengo entendido que preparas una nueva obra, ¿podrías  adelantarnos algo de lo que va a tratar? 

Por supuesto, lo que voy a contar es una primicia, pero la ocasión lo merece (risas). La novela va a abordar varios temas, el principal de ellos el asunto de la superación y la discapacidad; cuento allí lo que supone padecer una grave discapacidad, y las consecuencias que acarrea esto en el día a día. El segundo asunto que abordo, muy documentado por cierto, tiene que ver con las artes plásticas, y todo aquello que lo relaciona: técnicas pictóricas, texturas, el óleo, etc., recordemos que un servidor ha recibido una formación a lo largo de los años la cual le  permite saber de lo que escribe. El tercer gran tema, es el amor, pero entendido como la entrega personal hacía el otro, no se trata solo del amor sexual, sino que es más profundo, es aquel que comporta un fuerte componente de sacrificio, pues el protagonista discapacitado comienza una relación con alguien que no lo es.  Esta novela va a ser más personal, y además he querido transmitir un mensaje también mucho más optimista que en El collar de plata. Se trata de un alegato por la superación y la esperanza de alcanzar lo que se desea independientemente de las dificultades surgidas. Estoy seguro de que muchos lectores se van a sentir muy identificados con la nueva historia.  

Ya que eres escritor y pintor me gustaría saber ¿qué coincidencias o similitudes encuentras en cada una de las dos vertientes artísticas que trabajas? 

Excelente pregunta, mira Henry James percibía las novelas como si fueran cuadros, como si fueran obras pictóricas, pues al igual que el pintor plasma sobre el lienzo sus ideas a través del pincel, el escritor hace lo propio solo que con las palabras, por eso creo que están más emparentados de lo que cabría suponerse en un primer momento, al fin de al cabo se trata de desarrollar una serie de ideas sobre un soporte en blanco y darle vida. Al final ambos tipos de expresiones son artísticas y como tal el componente espiritual y creativo se encuentra patente. 

Y ya para concluir, cita tres autores que consideres fundamentales para ti y dinos por qué deberíamos leerlos.  

Bueno, para no repetir a los mencionados anteriormente, el primero que me gustaría resaltar es Stefan Zweig, que nació en Viena en 1881 y murió en Petrópolis (Brasil) en 1942, tras suicidarse, pues creía que el avance alemán por Europa era inevitable. Este autor escribió una serie de relatos  muy complejos y de lenguaje exquisito, desarrollando una serie de ideas y valores que dan mucho qué pensar; otra característica suya es que construye de forma excelente sus personajes, y es capaz de describir escenas con un realismo incomparable. En mi opinión en España Zweig debería divulgarse más. 

El segundo sería el norteamericano Henry James, para mí uno de los mejores escritores que han existido; no solo dominaba el relato corto con un lenguaje muy elaborado y elegante, sino que también pergeñaba notablemente la novela. Su creación de los personajes femeninos es asombrosa, él mismo parece saberlo todo sobre la psicología de las mujeres, es como si se metiera en su cabeza para saber lo que piensan.

En último lugar quiero citar a una norteamericana de Virginia, Willa Cather, escritora tardía que nació en 1873, pero que hasta 1912 no publicó su primera obra. La peculiaridad de sus novelas, además de tener un fuerte componente realista que a mí me maravilla, reside en el acertado tratamiento que de la dicotomía ciudad-campo se hace; se centra en los expatriados, en las personas del oeste rural que se trasladan a la ciudad, o viceversa, de una forma poco acostumbrada hasta la fecha, Henry james también abordó tales asuntos, pero no profundizó en tal grado como la virginiana. 

En definitiva estos tres escritores que recomiendo encomiablemente, son tres grandísimos autores que seguro no defraudarán a  aquellos que se acerquen a ellos. 

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El collar de plata
 ARTIGAS MATUTE, Ignacio, El collar de plata, Barcelona, Lampedusa, 2014, 138 p., 12 €.

* Entrevista reproducida del blog poemasdelpurgatorio.blogspot.com del mismo autor. 

martes, 26 de junio de 2012

Neodariadas

Por fin sale a la venta tras unos meses de maduración, Neodariadas, colección de poemas compuesta por la recopilación de la serie Llévate un poema, junto a otras nuevas composiciones poéticas, en total veinticuatro.

El ejemplar, editado por la briosa editorial de alma bohemia La herradura oxidada, además incluye el manifiesto neodarista y una 2ª edición a color del nº2 de Llévate un poema (El impresionismo). Con neodariadas aquel cisne del viejo modernismo vuelve con recobradas fuerzas a alzar alto el vuelo atildado de negro, vuelve así en pos de un nuevo ideal prodigante de lirismo con la única intención de entretener a los más inquietos espíritus de la cofradía poética.

Neodariadas nos evocará nuevos y vibrantes sentimientos en un mundo lleno de brumosidades líricas que reflejan el grávido esteticismo de una pluma guiada por los grandes maestros epocales.

De venta en las librerías Prólogo (C/ La Salle, 3); Cálamo (Plaza San Francisco, 4); Antígona (C/ Pedro Cerbuna, 25); El pequeño teatro de los libros (C/ Silvestre Pérez 25); La Pantera Rossa (C/ San Vicente de Paul, 28)

Precio 6 euros.

Próximos eventos, se irán añadiendo según se cierren acuerdos:

  • Librería Prólogo: 27/6/2012 (19:00 h)
  • Bar Woodstock 69,  C/ Juan José Rivas 7. 17/08/2012 (21:00h)
  • Peluquería Alainversa 14/9/2012 (19.00h) C/ Mariano Barbasán, 4 (Zaragoza) Córtate el pelo, embriágate de vino, y solázate con la poesía neodarista.

Neodariadas con el ejemplar "El impresionismo" de regalo.


Al neodarismo
                                                                                  Áurica cuerda 
                                                                                  de metría.
Despertó el neodarismo con donosura
haciendo piruetas abracadabrantes,
y en sus mullidos lechos los versos mutan
en latentes cantos de compás salvaje.

Se advierten en el cielo rígidas puntas
que pintan las llamas de álgidos embates.
Son dioses y titanes, entre ellos luchan,
de esta poesía quieren estandarte.

Orfeo en el Averno trova con lira
las neodariadas, Eurídice aclama,
transcurridos los siglos: males acaban.

Y así vuelven los cisnes con alegría
declamando en frondas de lúbricas rosas
por este reverbero que nos asoma.



martes, 12 de junio de 2012

Vaguedades crepusculares

 Este poema —publicado en el último número de Nostracampus— es un homenaje a un rincón escondido del Parque Grande que hoy se ha perdido, pues ese viejo quiosco de la foto ha dejado de existir, ese viejo quiosco herrumbroso, pero todavía refulgente,  brindó a este vate calmosas tardes y vibrantes mañanas cargadas de inspiradoras notas.

¡No! Me resigno a que desaparezca, me revelo contra el hado que ha querido borrar para siempre un lugar de sensaciones y confluencias vitales, de experiencias irrepetibles, y así, tañendo la apolínea lira en comandita con los dioses dejo plasmado mi último canto a ese lugar especial.

Atendiendo a los aspectos formales —de interés para un mejor entendimiento del neodarismo— el poema se compone de una combinación de versos tridecasilabos con otros eneasílabos que han sido cincelados en periodos prosódicos de 5+4+4 y 5+4. Sus rimas son consonantes pero algunos versos han quedado libres para dotarlo de mayor soltura.

Vaguedades crepusculares 

En los paseos oscurados de la tarde
cuando las luces policroman a las linfas
en los estanques marmolados,
cuando los cínifes armados con alarde
vuelan febriles sobre glaucos estancados,
y los arbustos de azaleas se adormecen
ante brumosos decorados oniristas,
allí, errabundos y hartos númenes sombríos
sus viejas cuerdas estremecen
contra ventiscas que pincelan cuadros fríos.
Bailan los pinos y cipreses
rasgando el aire con sus coros verdinegros,
lapídeos bancos inmutables palidean,
y los murciélagos corteses
entre chillidos piruetean.
Allí, un pequeño quiosco, abrigo de profetas
—de esos espíritus dañados por el sino—,
muestra su púlpito invocante de la vida,
muestra enigmáticas figuras y siluetas,
vela el salvífico designio de un suicida.




sábado, 12 de mayo de 2012

Un vals fúnebre en Chicago


Poema recitado en la Casa del Estudiante de Zaragoza el viernes 11 de mayo. El poema es un homenaje a los mártires de Chicago, ocho obreros que fueron condenados en 1886 tras un juicio oprobioso por reivindicar la jornada laboral de ocho horas en dicha ciudad. De estos ocho obreros, tres fueron condenados a cadena perpetua, y cinco condenados a muerte, aunque uno de ellos se suicidó antes de ser ahorcado. El poema recoge el momento en que los otros trabajadores se dirigían al cadalso. Hoy día en gran parte del mundo se les rinde homenaje con la celebración del 1º de mayo, día del trabajador.


Un vals fúnebre en Chicago.

Salieron de prisión hasta el cadalso
bajo palabras vagas de sentencia,
dogales en los cuellos tras el mayo,
capuchas que atildaban la tristeza.

Allá en la concurrencia las devotas
miraron inyectadas de tinieblas
¡rieron!; acompañantes como pocas
¡gimieron!..., mas la muerte fue con ellas.

La justicia, siguiendo el reglamento,
la fiesta decoró con candilejas,
el verdugo instaló duros asientos
y el coro interpretó la marsellesa.

Cuatro hombres lívidos pidieron nicho,
cuatro ¡zas! comenzó a tocar la orquesta,
y la danza en vaivén sonambulino
asombró por gentiles ligerezas.

Al fondo de la plebe abigarrada
observó sorprendida una pequeña,
farfulló la canción que en la mañana
comenzara a cantar en su rayuela:

«La horca es un vals barato,
pide etiqueta
de trapo,
zapatos
hondos de suela,
chalina hecha de esparto».

Escriben los cronistas que recuerdan:
"Salieron de prisión hasta el cadalso...".

martes, 10 de abril de 2012

Tiempo de gozo

Este poema es una salutación a la primavera, una discreta pieza que canta y ensalza las beldades, fragancias y colores de esta estación que nos visita.

Publicado en el número de abril del boletín Nostracampus.




Tiempo de gozo

En sutiles sonatinas encalmadas
entran suaves
y adoradas
las esencias de la nueva y colorante primavera.

Silba Invierno, se despide con tendencia
sostenida,
la prudencia
nacarada de Harmonía dulcemente lo cobija.

De los grávidos torrentes murmullantes
—como heraldos
desbordantes—
surgen plétoras de ritmos que embebecen los sentidos.

Y las híades fulgosas
van regando,
—prodigosas—
los estambres hibernados por lo fríos de alabastro.

En los prados y los valles
rayos tibios
a los talles
escondidos los reciben, los saludan y los sirven.

Y a los ojos imperiales del Amor
se descubren
con fragor
los nacientes alborozos de inspirados tremulosos.

jueves, 8 de marzo de 2012

Prólogo de igualdad


En este día de la Mujer Trabajadora, aunque más acertado resulta decir Día de la Mujer, pues trabajadoras son todas, independientemente de que su trabajo esté o no remunerado, y me refiero aquí a las sufridas amas de casa. Pues en este día, como decía, he escrito un nuevo poema dedicado a todas esas mujeres que con su esfuerzo y labor poco a poco van estrechando los espacios de la desigualdad entre sexos.

El poema aparece en el ejemplar de marzo del boletín de Nostracampus.



Prólogo de igualdad.

A ti que marcas el reloj de la vida
y empujas a este mundo que se suicida
en el odio, desafuero y abrupción.
A ti que sufres en levantes lejanos
donde la amarga celda sella tus manos
a un trabajo que reprime tu inclusión.

Hoy nuestras musas son celosas obreras,
y nuestras hadas mágicas ingenieras
que levantan autopistas de igualdad.
Gallardas plumas bien blanden con valía
las injusticias combaten con porfía
bajo el nombre de una digna sociedad.

Que en esta causa nunca nublen de hastío
miradas profundas que miran con brío
a vidriados firmamentos que partir;
y caigan sobre las ciegas diferencias
declamaciones de esplendentes sentencias
prologando paridades por venir.

Entrevista a Ángel Guinda

Tal y como ya os hemos ido avisando, faltaban pocos días para que saliera a la luz el nuevo número de este mes de la revista Nostracampus. Os dejamos aquí la entrevista completa de la contraportada. Podéis leer la revista completa en http://colectivoedu.blogspot.com/

Ángel Guinda es un conocido poeta, profesor, ensayista, crítico literario, editor y traductor que
ha publicado su poesía desde los años setenta hasta la actualidad. Compartió con nosotros una tarde poética en el marco de Confluencias 2011 este verano.

Nostracampus: ¿Qué significa para ti la poesía?

Ángel Guinda: Una puerta por la que escapar de un mundo que, al contrario de lo que escribió Jorge Guillén, está mal hecho y deshace la identidad del individuo. La ventana desde la que contemplar otra realidad más alta y amable. Un motor o camino de belleza y conocimiento, expresión y comunicación, que ayude al ser humano a sobrevivir.


N: En uno de tus poemarios, escribes el verso de Rilke «Todo Ángel es terrible» ¿Por qué?

Á.G.: Aparece en un poema de Vida ávida. Años después publiqué en La Habana Lo terrible. Incluí ese verso por una necesidad de homenajear la capacidad iluminadora del poeta alemán que me seducía tanto como la de Rimbaud. Un guiño cómplice a la creación poética como acto de destrucción en lo que supone de terrible por todo cuanto encierra de deslumbramiento, iluminación, inefabilidad desde un lenguaje de ruptura, libertad y sorpresa como era el lenguaje del autor de Elegías de Duino.

N.: ¿Qué relación tuviste con el Grupo del Niké?

Á.G.: Una relación de entrañable amistad con algunos de sus miembros: Rosendo Tello, Julio Antonio Gómez, Luciano Gracia, Miguel Luesma, Guillermo Gúdel, Benedicto Lorenzo de
Blancas, Manuel Rotellar… Y también de aprendizaje.

N.: ¿Por qué escribes? ¿Qué te llevó a publicar tus poesías?

Á.G.: Escribo para no morir, aunque la muerte sea inevitable. Escribo para vivir. Publiqué mis poemas como el reflejo natural de mirarse al espejo. Publiqué para reconocerme.

N.: ¿Cuáles son tus referentes? (Autores, libros)

Á.G.: Mi tradición poética, respecto a la literatura española, comienza con Jorge Manrique y Quevedo, continúa con Bécquer, pasa por Juan Ramón Jiménez (Espacio), Pedro Salinas (La voz a ti debida, Razón de amor, Largo lamento) y llega a Salvador Espriu (Cementiri de Sinera, La pell de brau), Gil de Biedma (Las personas del verbo), Pere Gimferrer (Arde el mar; Miralls, espai, aparicions) y el mejor Leopoldo María Panero (Last river together). También me han influido Dante, los simbolistas franceses (Baudelaire, Rimbaud), los herméticos italianos (Ungaretti, Quasimodo y Montale), el Neruda de la poesía amorosa, Nicanor Parra, entre tantos otros.

N.: ¿Cómo definirías tu poética? ¿Qué temas te preocupan?

Á.G.: La palabra es un ser vivo. La poesía es palabra sin apenas palabras, es palabra de música y es conciencia con ciencia. Escribir es reconocerse en lo desconocido, escribir como se vive: escribir como se es.

N.: ¿Crees que la poesía puede mejorar el mundo?

Á.G.: Por supuesto. Más aún: la poesía debe poetizar el mundo, que es una manera de mejorarlo.

N.: ¿Has pensado alguna vez en escribir novela?

Á.G.: A los veintidós años. El proyecto narrativo que emprendí a los veintidós años lo destruí con el propósito de no volver a intentarlo jamás. La narrativa es extensión, la poesía debe ser intensidad.

N.: ¿Cómo ves la poesía actual?

Á.G.: Bien y mal. Hay un gran eclecticismo de estilos y propuestas divergentes. Pero sobre todo la veo con gran expectación y prudente optimismo.

N.: ¿Qué te parece la combinación literatura/Internet?

Á.G.: Interesante en su relación fin-medio, más interesante por lo que supone internet como soporte de expresión y difusión, y peligrosa en cuanto que esa relación exige al lector capacidad y criterio de valoración y selección de cuanto se publica en la red que es muchísimo.

N.: Recomiéndanos algún libro.

Á.G.: De narrativa: Las ciegas hormigas, de Ramiro Pinilla; Muertos S.A., de García Jambrina; El día de mañana, de Ignacio Martínez de Pisón; El mapa y el territorio, de Houellebecq. De poesía reciente: Las leyes de la gravedad, de Mohsen Emadi; La ciudad leopardo, de Subhro Bandopadhyay; Los sumergidos, de Miguel Ángel Curiel; Circular a veces, de Reyes Guillén e Inés Ramón, por ejemplo.

N.: Háblanos de tu nuevo libro: Caja de lava

Á.G.: Además de otras cosas creo que es una alegoría de la existencia humana como resistencia a la debilidad agresiva del Poder (y a las adversidades en la vida) mediante la fuerza del lenguaje libre y violento, del amor y de una actitud vitalista frente a la muerte. Esa lava es símbolo de los pensamientos, sentimientos y acciones que, desde lo más profundo de la conciencia crítica del poeta en tiempos de crisis, estallan hacia los demás con la intensidad e intención de cambiar el desorden del mundo y en defensa la identidad de las personas. Tres poemas del libro pueden leerse en la portada de mi web: http://www.angelguinda.com/

N.: Algunas palabras que quieras decir a los lectores de nuestra revista…

Á.G.: Gracias por leer esta entrevista en Nostracampus, publicación virtual a la que deseo larga y potente vida en defensa de la Universidad en la que estudié.